Con la cruz a la espalda
La cabeza bien alta y en
El pecho una herida sangrante
No deja en la noche de hablarte
Serpientes que ladran mordiendo a oscuras
Amores de un beso que ni horas duran
Canciones de de gente que amo el destino
De un barco hundido, un pecho hendido
Silencio cruel de fuerte cadenas
Dolidas las almas de venganzas de cera
Muñecas de vidrio en rocas y piedras
De odio en silencio murmullo dolido
Un barranco de hielo que en tu alma deseo
Mi furia escondida en dulce miel de hipocresía
Te abrazo mi hermano mientras mi risa veneno
Inyecta tu vida, fallida y dolida.